Además de la cantidad de horas de sueño, debemos tener en cuenta la calidad de éstas.
De acuerdo con la Asociación Mundial de Medicina del Sueño (WASM, por sus siglas en inglés), “los problemas de sueño constituyen una epidemia global que amenaza la salud y la calidad de vida de más de 45 por ciento de la población mundial”.
Como se sabe, dormir poco disminuye la atención, la concentración y la memoria. Se es un desastre en el trabajo o en la academia si se duerme mal. En 1988, la Asociación de Sociedades Profesionales del Sueño publicó un informe en la revista Sleep, advirtiendo que dormir mal lleva a un mayor riesgo de tener un accidente, como una colisión en la carretera o un percance al hacer arreglos en el hogar.
Un estudio de 2015 comparó el número de accidentes de tráfico mortales en Estados Unidos justo después de que los relojes cambiaran al horario de verano (cuando los relojes se adelantan y perdemos una hora de sueño), y encontró un aumento significativo en el número de accidentes al siguiente día.
En 1959, el DJ estadounidense Peter Tripp se mantuvo despierto para transmitir en vivo desde la Times Square de Nueva York durante 201 horas seguidas. Años después, el récord de Peter fue rebasado por Randy Gardner, un adolescente que aguantó despierto 260 horas (casi 11 días) para un proyecto de la feria de ciencias de su escuela. En ambos casos comenzaron a arrastrar las palabras, a veces se confundían y les costaba completar tareas simples como recitar el alfabeto. Los dos sufrieron alucinaciones, y Peter inclusive vio telarañas en sus zapatos y creyó que un cajón del escritorio se había incendiado.
¿Qué pasa cuando no se duerme lo suficiente?
La falta de sueño podría provocar la reducción del tamaño del cerebro. Nuestro cerebro se regenera durante las horas de descanso nocturno, pero si no dormimos, este proceso no se puede llevar a cabo. Un estudio en la revista Neurology demostró que perder demasiadas horas de sueño reduce el volumen de la materia gris en determinadas regiones cerebrales.
Tener insomnio crónico provoca cambios en nuestro reloj cerebral que regula los ciclos del sueño. El insomnio acarrea que el cerebro desaprenda cuál es la estructura normal del sueño. Así, un sueño irregular o de pocas horas puede provocar fatiga, dolor de cabeza, cefaleas, etcétera.
El insomnio provoca también falta de concentración. Muchos de los errores que cometemos en el día a día, como en el trabajo o al conducir, pueden ser originados por un déficit de descanso nocturno.
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Dormir pocas horas afecta además al hipocampo, una región del cerebro asociada con la memoria y el aprendizaje. El insomnio genera una pérdida de conectividad entre las neuronas presentes en esta área del cerebro.
La falta de sueño a largo plazo también aumenta el riesgo de obesidad, diabetes, cáncer, depresión y enfermedades del corazón y los vasos sanguíneos (cardiovasculares).
¿Cuánto sueño necesitas para reforzar tu sistema inmunitario? La cantidad óptima de sueño para la mayoría de los adultos es de siete a ocho horas de buen sueño por noche. A veces se precisa de medicación para volver a regular de forma química los ciclos de sueño. Una vez que nuestro cerebro ha vuelto a aprender a dormir, la estrategia más indicada es intentar disminuir poco a poco las dosis de medicación. Dormir bien es indispensable para nuestra salud.
Luego de una buena noche de sueño, estamos más dispuestos a dar
También se halló en un estudio de la Universidad de Berkeley, en California, que según cómo hayas dormido puede aumentar o reducir tu disposición a ayudar a otras personas. Según los psicólogos, la amabilidad y la generosidad forman parte de nuestra cognición social, y la privación del sueño conduce, en su opinión, a una disminución de la generosidad.
Los investigadores hicieron una prueba para ver qué tan amables eran las personas a partir de tres formas diferentes de cansancio. Primero, privaron de sueño a 21 voluntarios durante 24 horas y luego les preguntaron qué tan dispuestos estarían a colaborar en una variedad de escenarios, como ayudar a un extraño a cargar sus bolsas de compras. Luego pidieron a los participantes que repitieran el cuestionario de altruismo después de una noche de sueño normal, y finalmente estudiaron los niveles de actividad cerebral de los 21 participantes utilizando imágenes de resonancia magnética funcional (fRMN, por sus siglas en inglés). Después reclutaron a 171 voluntarios en internet y les pidieron llevar un registro de su sueño antes de realizar el mismo cuestionario.
En ambos experimentos, los investigadores encontraron que los participantes cansados puntuaron más bajo en el cuestionario de altruismo.
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