Revista bilingüe mitt Zweisprachiges Magazin Fundada como Mitteilungsblatt en 1932

Junio 2023 / No. 726   Mitt

Qué alivio que haya casas de asistencia

Las necesidades de los adultos mayores van en aumento. Cada vez son más y viven más tiempo. 

Incluso hay autores que reconocen dos grupos de edad para la vejez: la tercera y la cuarta edad. La primera refiere a la etapa activa de retiro, traducido en edad cronológica de los 60 a los 74 años. Mientras que la segunda alude a la fase de declinación que supone mayor dependencia y deterioro más acelerado.

La permanente escasez de infraestructura y de recursos humanos ha puesto en discusión la calidad de la atención que se les brinda.

Como alternativa, las casas de asistencia para adultos mayores, también conocidas como hogares de ancianos, residencias de mayores o centros de cuidado de personas mayores, tendrán una mayor relevancia, ya que no sólo ofrecen un lugar para vivir, sino que también cuentan con actividades recreativas en áreas comunes. Son, de hecho, sitios para personas que no necesitan permanecer en un hospital, pero que requieren de cuidados especiales.

La mayor presencia de estos espacios, tanto del sector privado como del oficial, es cada vez más importante, porque el envejecimiento de la población (ver Recuadro 1) es uno de los grandes retos a los que se enfrentan la sociedad y las instituciones.

En la última década se ha insistido en la búsqueda de modelos que permitan planificar y asegurar la calidad adecuada de los servicios que se les otorgan y contar con mecanismos que garanticen la evaluación de dichos servicios y promover la capacitación continua de las personas que los atienden.

El desarrollo de las casas de asistencia para adultos mayores como instituciones formales puede remontarse a finales del siglo XIX y principios del XX, en países como Estados Unidos y Europa occidental.

El estadounidense Instituto Nacional sobre el Envejecimiento define que “una residencia para personas mayores y convalecientes (también llamadas establecimientos de cuidados especializados de enfermería o centro de cuidados prolongados) es un lugar para personas que no necesitan permanecer en un hospital, pero que necesitan cuidados especiales”. La mayoría de estos centros cuentan con personal de enfermería capacitado disponible las 24 horas del día.

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Estas instituciones surgieron como respuesta a las necesidades de los adultos mayores que no podían recibir el cuidado adecuado en su hogar debido a la falta de apoyo familiar, enfermedades crónicas, discapacidades u otras circunstancias.

El alcance de las casas de asistencia para adultos mayores varía dependiendo del país, las regulaciones gubernamentales y los recursos disponibles. En general, están diseñadas para el cuidado y atención integral de las personas mayores; para ser como un segundo hogar en donde pueden encontrar descanso, tranquilidad y seguridad.

Dichas instituciones proporcionan alojamiento, atención médica, asistencia con las actividades de la vida diaria (como bañarse, vestirse, comer), actividades recreativas y sociales, y supervisión constante para garantizar la seguridad y el bienestar de los residentes.

Algunas casas de asistencia para adultos mayores son de propiedad y gestión privada, mientras que otras son operadas por organizaciones sin fines de lucro o por el sector oficial. El financiamiento puede provenir de pagos directos de los residentes, seguros de salud, programas gubernamentales o subsidios.

El propósito de las casas de asistencia puede proporcionar atención a una amplia gama de necesidades y condiciones médicas. Algunos hogares pueden centrarse en el cuidado de personas mayores con enfermedades cognitivas, como la demencia o el Alzheimer, mientras que otros pueden brindar servicios de rehabilitación y cuidados paliativos.

También las hay especializadas en la atención de personas mayores con discapacidades físicas o mentales. O bien, que están equipadas como un hospital para atender a cualquier persona que necesite de cuidados las 24 horas del día, con personal que presta cuidados médicos, así como fisioterapia y terapia del habla y ocupacional. Inclusive puede tener un puesto de enfermería en cada piso.

La vejez a la vuelta de la esquina

El envejecimiento de la población ya no se vislumbra tan remoto en el futuro. Según cálculos de la Organización de las Naciones Unidas, para el año 2025 habrá más de 1100 millones de adultos mayores, que corresponderán a 23 por ciento de la población total.

El incremento de la población adulta mayor se inicia de manera acelerada a partir de la década de los años 90, y durante la primera mitad del presente siglo continuará su aumento apresurado. Se estima que hacia el año 2050, 28 por ciento de la población global será mayor de 60 años.

En México hay 12.2 millones de personas mayores de 60 años, apenas 9.6 por ciento de la población, pero se espera que para los próximos 15 años la cantidad de adultos mayores en nuestro país se duplique, y que en 2050 represente un cuarto del total.

La esperanza de vida de los mexicanos se ha duplicado en las últimas ocho décadas, pues mientras que en 1930 vivían en promedio 34 años, en 2010 esta cifra llegó a 75 años, de acuerdo con estimaciones del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

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No hay que olvidar que las mujeres constituirán una mayoría cada vez más grande en la población de mayor edad, ya que hay una mayor sobrevivencia en las mujeres que en los hombres: las primeras viven actualmente en promedio 77.8 años, mientras que los segundos 73.1 años. La diferencia de longevidad entre los sexos impactará en las condiciones de vida, el ingreso a instituciones, la atención médica y otros sistemas de apoyo para esta población.

La asistencia en México a la tercera edad

En México, ya había asilos para ancianos en el siglo XVI (promovidos por fray Bernardino Álvarez), aunque la historia de las casas de asistencia para adultos mayores se remonta propiamente a finales del siglo XIX y principios del XX.

Durante ese período, diversas instituciones religiosas y de beneficencia comenzaron a establecer lugares de acogida y cuidado para personas mayores que no tenían familia o que requerían asistencia especializada.

Una de las primeras instituciones en brindar cuidado a los adultos mayores en México fue el Hospicio Cabañas, fundado en 1810 en la ciudad de Guadalajara. Inicialmente, el Hospicio Cabañas fue creado como un albergue para huérfanos y mendigos, pero posteriormente amplió su atención a los ancianos desamparados.

Durante el siglo XX, el gobierno mexicano comenzó a reconocer la importancia de brindar cuidado y protección a los adultos mayores. En 1935, se creó la Ley de Asistencia y Prevención Social, que estableció la obligación del Estado de brindar atención a los grupos más vulnerables, incluyendo a los ancianos.

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La comunidad alemana y la tercera edad

En 1903, un grupo de damas voluntarias alemanas creó la Asociación de Ayuda Social de la Comunidad Alemana (AASCA), con el afán de brindar ayuda a personas necesitadas, sobre todo de la tercera edad.

La organización se constituyó legalmente en 1947 como Institución de Asistencia Privada (IAP) para operar y sostener una “Casa Hogar” sin fines de lucro para personas de la tercera edad, al ofrecer a los residentes, vivienda, alimentación, servicios médicos básicos, atención psicológica, terapias, actividades culturales y recreativas, así como atención personalizada de personal capacitado.

La casa hogar fue construida específicamente para cubrir las necesidades de las personas adultas mayores. Se encuentra al sur de la Ciudad de México en un edificio amplio y moderno rodeado de 4000 m2 de bellos jardines que ofrece a las personas de la tercera edad un ambiente seguro en donde pueden vivir sin preocupaciones dentro del marco de una institución sólida con más de 100 años de tradición. “El adulto mayor puede participar en las diferentes actividades que ofrece la Institución, y al mismo tiempo conservar su propio estilo de vida”, se subraya en la promoción que se hace del lugar.

 

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