Revista bilingüe mitt Zweisprachiges Magazin Fundada como Mitteilungsblatt en 1932

Febrero 2024 / No. 732   Mitt

Equilibrios, desequilibrios y otros desbalances

Uno siente a veces como si el cuarto se moviera por su cuenta, como si nada estuviera quieto, o bien, como si estuviera detenido por la gravedad. 

Puede ser que uno esté de pie, o recostado o sentado. La sensación de mareo aturde y preocupa.

El equilibrio es el punto donde confluyen todos los sistemas del cuerpo –incluidos los músculos, los huesos, las articulaciones, los ojos, el órgano del equilibrio en el oído interno, los nervios, el corazón y los vasos sanguíneos. Es un punto inalterable, generalmente en estado óptimo.

El equilibrio resulta fundamental para una buena calidad de vida. Una buena capacidad de equilibrio es necesaria para realizar correctamente las actividades cotidianas y prevenir caídas que puedan derivar en problemas mayores. El equilibrio depende de muchos factores, como los neurológicos, del sistema nervioso o factores psicológicos. Trastornos psiquiátricos, como la depresión (trastorno depresivo mayor), la ansiedad y otras perturbaciones psiquiátricas pueden provocar mareos.

Por ejemplo, el vértigo postural paroxístico benigno se da cuando los cristales de calcio en el oído interno, que ayudan a controlar el equilibrio, se desplazan de su posición normal y se mudan a otra parte del oído interno; esto es la causa más común de vértigo. Uno tiene la sensación de que todo da vueltas al girar en la cama o al llevar la cabeza hacia atrás para mirar hacia arriba.

Otro disturbio, la neuritis vestibular, puede ser causado por un virus y afectar los nervios de la parte del oído interno que se ocupa del equilibrio. Por otro lado, el mareo postural fóbico persistente, con síntomas como inestabilidad o sensación de movimiento en la cabeza, se manifiesta en que todo empeora al observar objetos en movimiento, al leer o al visitar espacios que plantean desafíos a la visión, como una megatienda comercial.

Otro mal, la enfermedad de Ménière, presenta episodios repentinos y graves de vértigo, y puede ocasionar pérdida auditiva fluctuante, zumbido y sensación de tener el oído tapado. Algunas personas con esta enfermedad tienen vértigo tan extremo que pierden el equilibrio y se caen. Estos episodios se llaman “crisis de caída” (crisis otolítica de Tumarkin).

Uno más, el síndrome de Ramsay Hunt, o “herpes zóster ótico”, se presenta cuando una infección afecta los nervios faciales, auditivos y vestibulares cerca de una de las orejas. Hay entonces vértigo, dolor de oído, debilidad facial y pérdida auditiva.

Es posible, incluso, tener vértigo debido a una conmoción cerebral o a otra lesión en la cabeza. De hecho, se dan mareos por movimiento en botes, automóviles, aviones o en juegos de parques de diversiones. Los mareos por movimiento son comunes en las personas con migraña.

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El equilibrio puede recuperarse

Fortalecer la musculatura de la espalda y el tórax proporciona una mayor estabilidad y un centro corporal fijo y contundente. Además, mejora la postura y permite un mayor control sobre el cuerpo en el espacio.

Recuperar el equilibrio es importante, y los problemas de equilibrio pueden ser tratados. La terapia física puede ayudar a mejorar el equilibrio y reducir el riesgo de caídas. Los ejercicios de equilibrio suelen ser realizados en casa, y pueden volverse una forma efectiva de mejorar el equilibrio. Además, la terapia ocupacional ayuda, sin duda, a mejorar la capacidad de realizar las actividades cotidianas.

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Algunas enfermedades pueden afectar el equilibrio, entre ellas las siguientes:

La diabetes; trastornos del oído interno; las migrañas; el dolor y las molestias en los pies –que van de los juanetes a los callos, y de los dedos de martillo hasta dolor en los pies–; el daño en los nervios de las piernas (neuropatía periférica); los problemas articulares, musculares o visuales; los medicamentos; algunas afecciones neurológicas, como la espondilosis cervical y la enfermedad de Parkinson; y respiración rápida anormal (hiperventilación).

Prevención

Para prevenir problemas de equilibrio, los médicos aconsejan:

Ejercicios de equilibrio: pueden ayudar a mejorar la estabilidad y reducir el riesgo de caídas. Algunos ejemplos de ejercicios de equilibrio incluyen caminar en línea recta, pararse en un pie, hacer sentadillas y levantar pesas.

Fortalecimiento muscular: sobre todo de la espalda y el tórax, puede redundar en una mayor estabilidad y un centro corporal fijo y contundente. Además, mejora la postura y permite un mayor control sobre el cuerpo en el espacio.

Usar calzado adecuado puede ayudar a prevenir caídas. El calzado debe ser cómodo, ajustado y tener una suela antideslizante.

Se debe inspeccionar el hogar para detectar posibles peligros, como alfombras sueltas, cables sueltos, escaleras sin barandillas, etc.; eso puede ayudar a prevenir caídas.

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Caídas

En cuanto a las caídas, hay que subrayar que son un problema común en las personas mayores. Entre 30 y el 40 por ciento de las personas de la tercera edad que viven en la comunidad y el 50 por ciento de los que viven en hogares experimentan caídas cada año. Las causas más comunes de las caídas en personas mayores son:

1.      Factores intrínsecos: Los cambios relacionados con la edad pueden afectar los sistemas comprometidos en mantener el equilibrio y la estabilidad, aumentando el riesgo de caídas. La agudeza visual, la percepción de los contrastes y la profundidad y la adaptación a la oscuridad se reducen.

2.      Factores extrínsecos: Los riesgos ambientales, como alfombras sueltas, cables sueltos, escaleras sin barandillas, etc., pueden aumentar el riesgo de caídas.

3.      Factores situacionales: Las actividades que realizan los pacientes, como correr al baño, también pueden aumentar el riesgo de caídas.

4.      Antecedentes de caídas: El mayor factor predictor de una caída es el antecedente de otra caída.

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