Revista bilingüe mitt Zweisprachiges Magazin Fundada como Mitteilungsblatt en 1932

Junio 2019 / No. 687   Mitt

Vivir sin plásticos

¿Será posible?

Saber lo que es, por ejemplo, el polietileno, cómo se descubrió y para qué ha servido, podrá ayudar a entender ese salto al vacío que va a ser vivir sin él en la próxima década por decisiones poco meditadas y poco discutidas.

El polietileno o polieteno (o PE) es el plástico más común. Por eso lo escogimos para esta nota (pero hay muchas familias de plásticos). El PE es una fusión de una serie de moléculas de etileno que, dependiendo de las condiciones en las que se produce, puede ser algo muy estable, como un chaleco antibalas, o algo flexible, como los filmes estirables.

Hay muchos tipos de PE, pero casi siempre presenta la fórmula química (C2H4)nH2. Su producción anual es de más o menos 80 millones de toneladas métricas. Su uso principal es el de embalajes (bolsas de plástico, láminas y películas de plástico, geomembranas, contenedores; incluyendo botellas, etcétera).

Como todos los termoplásticos conocidos, el PE puede ser formulado para cubrir un gran número de requerimientos de los productos que se fabrican con dicho material que es procesado mediante conocidos métodos de inyección, extrusión, soplado, rotomoldeo, termoformado y demás.

Campaña contra los plásticos

Pero, de hecho, el PE forma parte de los productos de consumo masivo más acusados por los ambientalistas radicales, como Greenpeace, Plastic Oceans y la Alianza México Sin Plásticos, quienes promovieron hace poco una iniciativa para que dejara de usarse, aunque en el caso de este material se trata de uno perfectamente reciclable.

Como se apunta, el PE es utilizado de manera muy amplia en la industria del envasado de alimentos en forma de film, bolsas, botellas, vasos, etcétera; pero muchas voces intolerantes exigen que a partir del año 2020 sea prohibido. En algunos estados ya señalan sanciones diversas, como clausuras o multas de 30 mil pesos.

Si prosperan las propuestas de algunos legisladores, incluida la capital, donde, por cierto, en enero de 2020 iniciará una primera fase de la reforma que prohíbe la comercialización, distribución y entrega de productos de plástico y unicel desechables, de un solo uso, el plástico entrará en la dimensión desconocida.

El 10 de mayo de este año, el congreso de la Ciudad de México aprobó cambios y adiciones a la Ley de Residuos Sólidos que elaboró junto con la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema), que restringirán para 2021 el uso de cubiertos, palitos mezcladores, platos, popotes (a excepción de los destinados a asistencia médica), bastoncillos para hisopos de algodón, globos y sus varillas, vasos y sus tapas, charolas para transportar alimentos y aplicadores de tampones que no estén elaborados con materiales biodegradables o compostables.

Y los empresarios, ¿qué?

Los empresarios de la industria del plástico se quejan de que la decisión “fue súper unilateral” –según la empresaria Araceli Pérez, directora general de Industrias Internacionales de Polietileno. “Sí (fue) atendiendo a una demanda social de que no se contamine, pues hay que cuidar el mundo en el que vivimos, pero no es la solución porque el plástico ofrece muchos beneficios para la sociedad y sí es difícil sustituirlo de la noche a la mañana por otro producto.”

Muchos reclaman que usar bolsas de papel, como sustituto traerá un problema ecológico más. Hace años –dicen– “cuando no existía el plástico, había muchísima preocupación del desgaste que estaban teniendo los bosques”, y ahora sugieren usar materiales como almidón de papa, maíz y madera para bolsas, “lo que también generaría un problema por el desgaste de los recursos naturales, e implicaría la explotación de recursos naturales”.

La solución no es prohibir el plástico, coinciden los empresarios, “sino promover el reciclaje de las bolsas de PE, y establecer reglas para la separación de la basura” (y reeducar a la gente, que es muy descuidada con sus desechos). En fin. Es un tema que dará mucho de qué hablar en adelante, sobre todo cuando el plástico comience a escasear.

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Unas gotas de historia

El PE fue sintetizado por primera vez por el químico alemán Hans von Pechmann, quien lo preparó por accidente en 1898 mientras calentaba un gas sensible, tóxico y explosivo, el diazometano.

Cuando sus colegas Eugen Bamberger y Friedrich Tschirner se percataron de la sustancia blanca cerosa que él había creado, reconocieron su contenido de largas cadenas de metilenos (-CH2-) y lo calificaron como polimetileno.

Ese primer hallazgo se quedó buen rato en la charola de pendientes: 35 años. En ese momento, nadie supo darle uso, y el descubrimiento de esa resina de cera no prosperó más allá de ser una curiosidad de laboratorio.

Después se logró la primera síntesis de PE práctica para la industria. El PE fue redescubierto (otra vez de manera accidental) en 1933 por Eric Fawcett y Reginald Gibson en la empresa ICI (Imperial Chemical Industries) localizada en Northwich, Inglaterra. Al aplicar una presión extremadamente alta (varias cientos de atmósferas) a una mezcla de etileno y benzaldehído se produjo un nuevo material blanco ceroso. Debido a que la reacción había sido iniciada por contaminación con trazas de oxígeno en sus aparatos, el experimento fue, al principio, difícil de reproducir.

Después de algunos años, la curiosidad de laboratorio volvió a despertar la imaginación de los científicos. No fue sino hasta 1935 que otro químico del ICI, Michael Perrin, transformó este accidente, pero ahora con una síntesis de alta presión reproducible, y diseñó el primer método práctico de fabricación del PE que se convirtió en la base para el comienzo de su producción industrial en 1939.

Secreto de guerra

En ese mismo año de 1939 (cuando Alemania invade Polonia e Inglaterra le declara la guerra a Alemania) tiene lugar la primera aplicación del PE para el recubrimiento de cables eléctricos. La excelente capacidad aislante, sumada a la ligereza del nuevo material, fue fundamental para el desarrollo del cableado del radar y en submarinos con fines militares.

Esta enorme ventaja (aislante, y a la vez de bajo peso), permitió su uso en los aviones, lo que permitió una defensa efectiva contra los submarinos alemanes que buscaban detener a la flota naval británica.

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Hacia finales de la Segunda Guerra Mundial, se llevaron a cabo más investigaciones sobre el proceso del PE, y en 1944, la Bakelite Corporation, en Sabine, Texas, y la Du Pont, en Charleston, Virginia Occidental, comenzaron su producción comercial a gran escala bajo la licencia de ICI. 

 

Versatilidad y comodidad 

Al terminar la guerra, el proceso de fabricación del PE se hizo público y se explotó a nivel comercial. Se sumaron más empresas y hallaron más usos y métodos de producción. En esos años, la ICI dio licencia a otras corporaciones, como Dupont y la Union Carbide, para profundizar más en el potencial del PE. Esto derivó, por ejemplo, en que el PE fuera la materia prima de los aros del hula hoop, el juguete más solicitado de los años cincuentas. Sin embargo, el PE fue más efectivo aún en el mundo de los envases.

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El día de hoy, millones de hogares cuentan en sus alacenas con decenas de envases de PE para conservar los alimentos; y en cuanto a los líquidos, las botellas de PE, tanto de baja como de alta densidad, son una opción cuando se tienen que transportar, aunque hoy compiten sin concesiones con el Polietilén Tereftalato, o PET.

A inicios de los años cincuentas, un nuevo proceso ayudó a la síntesis de polímeros y permitió el desarrollo de nuevas cadenas de polímeros. El alemán Karl Waldemar Ziegler puso en marcha un catalizador (una sustancia que acelera las reacciones químicas) que permitió la polimerización a temperatura ambiente y a presión atmosférica normal, con lo que logró posicionar a los átomos unidos en las cadenas poliméricas.

Ziegler, junto con el italiano Giulio Natta, ganó el Premio Nobel de Química en 1963 por su trabajo en compuestos organometálicos que llevaron a reacciones de polimerización, la base de varios procesos industriales actuales, así como al catalizador Ziegler-Natta, utilizado en la polimerización del PE).

Los nuevos polímeros y procesos, sobre todo en las películas de embalaje y contenedores, y el diseño y flexibilidad de la producción no dejan de impactar cada arista de la vida moderna. ¿Usted qué piensa? ¿Es irremplazable el plástico?

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