Pero, ¿cómo se formó este personaje? Maler nació el 12 de enero de 1842 en Roma, Italia. Estudió arquitectura en Viena y adquirió la nacionalidad austriaca. Antes de trasladarse a México participó en la guerra franco-prusiana como oficial del ejército alemán.
En 1864 se embarcó hacia Veracruz para ponerse a las órdenes del emperador Maximiliano de Habsburgo, quien había aceptado el trono de México. Su carrera militar terminó con la ejecución del emperador, al amanecer del 19 de julio del 1867, en Querétaro. A partir de entonces, el joven Maler se dedicó a viajar por el territorio mexicano y a explorar y documentar las ruinas mayas en la península de Yucatán y en la región del Petén, en Guatemala.
Con afán de ganar algo de dinero, Maler comenzó a preparar juegos de impresiones fotográficas complementadas con mapas e información adicional de los diferentes sitios. Su intención era vender esos juegos a museos y universidades, y de este modo llamó la atención de los directores del Museo Peabody de la Universidad de Harvard, quienes lo contrataron para varias expediciones.
De manera sistemática, Maler capturó con su cámara detalles precisos de las estructuras y artefactos, proporcionando una referencia visual que complementaba las descripciones escritas. Además experimentó con diferentes técnicas fotográficas para mejorar la calidad y claridad de sus imágenes. Con ese fin utilizó cámaras de gran formato y placas de vidrio, que eran las tecnologías más avanzadas de su tiempo.
Sus imágenes, por supuesto en blanco y negro, son extremadamente meticulosas y detalladas, lo que ayudó a preservar la apariencia original de muchas zonas arqueológicas. De hecho, son algunas de las únicas evidencias que tenemos de ciertos sitios arqueológicos antes de que fueran alterados por el tiempo y la naturaleza, por lo que sus imágenes se convirtieron en una herramienta esencial para estudios posteriores y restauraciones.
Maler vivió en condiciones muy difíciles durante sus expediciones, en las cuales tuvo que enfrentar enfermedades, animales salvajes y el aislamiento. Sin embargo, su pasión por la arqueología y la fotografía lo mantuvo motivado. Entre 1886 y 1910, el explorador descubrió y documentó numerosas ruinas mayas, incluyendo sitios como Yaxchilán y Palenque. En esta región realizó asimismo diversos hallazgos significativos, algunos de los cuales enlistamos a continuación:
1. En Yaxchilán: Maler fue uno de los primeros en documentar extensamente este sitio arqueológico en Chiapas. Sus fotografías y descripciones detalladas de las estelas y estructuras ayudaron a preservar el conocimiento sobre este importante centro ceremonial maya.
2. En Palenque, que ya era conocido antes de la llegada de Maler, sus trabajos fotográficos y de documentación contribuyeron a un mayor entendimiento de las estructuras y jeroglíficos del sitio. Fue la primera de tres expediciones importantes que Maler llevó a cabo bajo los auspicios del Museo Peabody, entre 1898 y 1905.
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3. En la península de Yucatán, sobre todo en Uxmal, Maler documentó las ruinas de ese sitio, y captó imágenes de la Pirámide del Adivino y del Cuadrángulo de las Monjas, entre otros monumentos.
4. En Kabah, también en Yucatán, exploró y fotografió el ámbito arqueológico, conocido por su impresionante Palacio de las Máscaras, decorado con cientos de máscaras del dios Chaac.
5. En Sayil y Labná, Maler capturó imágenes de sus estructuras arquitectónicas únicas, tales como el Arco de Labná.
6. En su viaje a la región del Usumacinta medio, en Tenosique, se enteró de la existencia de un sitio en las cercanías de dimensiones importantes y con inscripciones, llamado Moral-Reforma, al que consignó en sus notas con el nombre de La Reforma II.
Además, su meticuloso trabajo, considerado pionero en el uso de la fotografía arqueológica, ayudó a los estudiosos a entender mejor los logros tanto arquitectónicos como artísticos de la civilización maya. Y por otro lado, Teobert Maler también dejó escuela, como en el caso de Alfred Maudslay, arqueólogo y fotógrafo británico, quien se inspiró en su trabajo y continuó documentando sitios mayas con técnicas similares.
Las fotografías de Maler fueron publicadas en varios libros y artículos, lo que contribuyó a difundir el conocimiento sobre la civilización maya a una audiencia más amplia. Esto no sólo aumentó el interés académico, sino también el del público en general.
Teobert Maler pasó sus últimos años en Mérida, en donde murió el 22 de noviembre de 1917.
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