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Abril 2025 / No. 744   Mitt

¿Dientes viejos, muelas flojas?

La salud dental en la tercera edad

Una buena salud dental puede mejorar la calidad de vida y prevenir dificultades graves y enfermedades bucales. 

La periodontitis, por ejemplo, puede derivar en la inflamación del sistema cardiovascular, lo que se ha asociado con un mayor riesgo de enfermedades cardíacas en la tercera edad, ya que la cavidad oral coadyuva a la ejecución de funciones en nuestro organismo, tales como la masticación, la deglución y la fonación. Es por ello por lo que debemos mantener una salud oral adecuada, ya que nos permite:

o  Masticar y procesar adecuadamente los alimentos.

o  Favorecer el proceso de la digestión.

o  Contribuir a mantener una buena salud en general.

o  Apreciar mejor el sabor de las comidas.

o  Prevenir enfermedades como la diabetes o enfermedades cardiovasculares, dado que ha sido demostrada su relación con la salud bucal, de acuerdo con diversos estudios.

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Sabía usted que:

Las personas mayores deben tener al final de su vida 20 dientes naturales para ser consideradas saludables.

A la mayoría de los niños les salen sus primeros 20 dientes de leche antes de los tres años de edad.

Los adultos sanos deben tener un total de 32 dientes y cero caries dentales.

En 1907, el farmaceuta alemán Ottomar von Mayenburg experimentó con polvo dental, enjuague bucal y aceites etéricos, y creó una pasta de dientes a la que denominó Chlorodont. Agregando un poco de menta para el buen sabor, envasó la pasta directamente en tubos de metal plegables.

Se estima que 90 por ciento de la población mundial puede padecer alguna enfermedad bucodental, lo cual, mediante la detección precoz, es previsible y tratable. Las más comunes son las siguientes:

Caries dental. Cabe recordar que las caries radiculares afectan la raíz del diente, una zona más vulnerable debido a la falta de esmalte protector. Son comunes en personas mayores, especialmente en  aquellas con retracción de encías o enfermedad periodontal. Factores como la acumulación de placa bacteriana, una higiene bucal deficiente y la sequedad bucal (xerostomía) aumentan el riesgo. Para prevenirlas, es fundamental mantener una buena higiene bucal, usar enjuagues con flúor y visitar regularmente al dentista.

Periodontitis o inflamación de las encías. La enfermedad periodontal afecta los tejidos que sostienen los dientes, como las encías y el hueso alveolar. Comienza con gingivitis (inflamación de las encías) y, si no se trata, puede progresar a periodontitis, causando pérdida de dientes. La acumulación de placa bacteriana es la causa principal, pero factores como el tabaquismo, la diabetes y cambios hormonales influyen también. El tratamiento incluye limpiezas profundas, antibióticos y, en casos graves, cirugía periodontal. Además de afectar la estética y la función masticatoria, puede originar problemas como el desplazamiento de los dientes adyacentes y la pérdida de hueso. Las soluciones incluyen implantes dentales, puentes y prótesis removibles.

Candidiasis. En otros casos, la candidiasis oral también puede afectar. Se trata de una infección causada por el hongo Candida albicans, que prolifera al desencadenarse un desequilibrio en la flora bucal; se da en personas con sistemas inmunitarios débiles, diabetes, uso prolongado de antibióticos o de prótesis dentales; los síntomas se manifiestan como manchas blancas en la boca, ardor y dificultad para tragar. El tratamiento incluye antifúngicos y mejorar la higiene bucal.

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Halitosis. La halitosis, o mal aliento persistente, puede ser causado por problemas bucodentales, enfermedades o el consumo de ciertos alimentos y bebidas.

Llagas y aftas. Las llagas en la boca, también llamadas aftas bucales, son lesiones dolorosas que pueden ser pálidas o amarillentas con un borde rojizo. Son el tipo más común de úlceras bucales.

Herpes labial o fuego. Es una infección viral que causa pequeñas ampollas dolorosas en los labios, la boca o alrededor de ellos.

Cáncer oral. Es un tumor maligno que afecta los tejidos de la boca, los labios, la lengua, las encías, la mandíbula y la garganta.

Entre los factores de riesgo de padecer algunas de estas afecciones de salud bucal destacan la mala alimentación (especialmente la ingesta elevada de carbohidratos y azúcares), el consumo de tabaco y alcohol y hábitos de higiene bucal deficientes.

RECOMENDACIONES

Para una salud dental adecuada y reducir el riesgo de padecer afecciones bucodentales es aconsejable:

1.   Visitar al odontólogo cada 6 meses, o por lo menos una vez al año.

2.   Cepillarse 3 veces o más al día. Al levantarse, después de cada comida y antes de dormir.

3.   Usar enjuague bucal para reducir la placa bacteriana.

4.   Renovar o cambiar el cepillo dental cada 3 meses.

5.   Realizar limpiezas dentales (tartrectomía) periódicas.

6.   Usar hilo dental, para prevenir las caries y eliminar la acumulación de placa bacteriana.

7.   Procurar una alimentación balanceada, para ayudar a reforzar el sistema inmune contra infecciones.

8.   Evitar ingerir bebidas gaseosas, jugos artificiales y bebidas energéticas.

9.   Evitar el consumo de tabaco y alcohol.

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