El jeque Mohammed bin Rashid Al Maktoum, gobernador de Dubái, anunció que para 2030, 25 por ciento del tráfico de esa futurista ciudad estará a cargo de vehículos sin conductor. De hecho, la urbe ya opera sin conductor su sistema de transporte subterráneo, el más largo del mundo con esa característica. Además, cuenta con vehículos automatizados de la empresa francesa Easymile y ya firmó un acuerdo con Hyperloop One, con sede en Los Ángeles, para construir un hyperloop (un tubo como una aspiradora donde los pasajeros viajarán supuestamente en cápsulas a velocidades más rápidas que los aviones) entre Dubái y Abu Dabi, la capital de los Emiratos Árabes Unidos.
Bajo ese ambicioso plan, la empresa china Ehang ya ha realizado vuelos de prueba con el dron Ehang 184, donde cabe una persona con un portafolio o una maleta pequeña. No está lejos el día en el que los drones para pasajeros comenzarán a zumbar intensamente sobre el emirato. El dron Ehang 184 puede volar cerca de 30 minutos o 50 kilómetros, con una sola carga de batería. Alcanza una velocidad máxima de 160 kilómetros por hora, aunque operará a 100 kilómetros por hora. Por otro lado, está equipado con tecnología a prueba de fallas y, si las hubiera, “aterrizará de inmediato en el área más próxima posible para garantizar la seguridad”.
Se multiplicarán los taxidrones
Pero no sólo en esa ciudad a la orilla del desierto se desplazarán los taxis por todo lo alto. Muchas otras ciudades se apuntan para adelantarse a este futuro. Es más, varias ya atestiguaron la prueba de los volocópteros, taxis voladores desarrollados por la firma alemana de drones Volocopter.
La línea de productos de esa firma incluye aviones eléctricos para distancias largas y cortas dentro de las ciudades, como el Volocity y el VoloConnect, o los drones de carga pesada VoloDrone, para transportar hasta 200 kilogramos; incluso la tecnología ha sido adaptada a un dron de fumigación de cultivos para John Deere.
El Volocity, o taxi aéreo eléctrico, es el primer modelo de la compañía, y está diseñado para transportar, de manera autónoma, a dos personas entre las estaciones conocidas como VoloPorts. En ocasiones anteriores, el taxi aéreo fue presentado como un concepto, e incluso ofreció vuelos privados, pero nunca ante espectadores. Sin embargo, en agosto de este año, y en tierras americanas, la empresa completó con éxito el primer vuelo de prueba público y tripulado de su taxi aéreo de despegue y aterrizaje vertical totalmente eléctrico (eVTOL).
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En términos generales, la prueba fue aclamada en la feria de vuelo AirVenture 2021 de la Asociación de Aeronaves Experimentales (EAA) en la ciudad de Oshkosh, Wisconsin, donde se palomeó su desempeño.
El eVTOL tripulado despegó para concretar un trayecto de 4 minutos a unos 50 metros de altura y a una velocidad máxima de casi 30 km/h, sobre las instalaciones del AirVenture Oshkosh 2021. En la ceremonia, Florian Reuter, director ejecutivo de la compañía, celebró el éxito de la prueba y declaró: “Es un hito para la industria y un recordatorio de que nuestro lanzamiento comercial se acerca ya pronto.”
Las pruebas del Volocity se llevaron a cabo inicialmente en el aeródromo de Pontoise, ubicado a 35 km al noroeste de París, en cooperación con las autoridades de la aviación francesa, con el propósito de ser tomado en cuenta para los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de 2024 en París, y convertir a esa ciudad en la líder mundial en movilidad aérea urbana.
Volocity no es una improvisación. Comenzó a volar en 2011. Así que unos 10 años de intenso desarrollo han otorgado a la compañía la experiencia suficiente como para contar con el primer permiso del mundo para volar un multicóptero tripulado. El aparato posee 18 motores eléctricos que funcionan como planta impulsora, y han implantado el estándar acústico para los taxis aéreos de estas características. Fue diseñado originalmente para dos pasajeros, pero ya se adaptan otros aparatos para cuatro personas y/o para transportar personas accidentadas en casos de emergencia. El Volocopter alcanza una velocidad máxima de 100 km/h y permite viajes de 35 kilómetros, una autonomía aceptable tratándose de un aparato de 900 kilos impulsado por nueve baterías de litio-ion.
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